Precalentamos el horno a 190 grados con calor arriba y abajo. Mientras tanto forramos la bandeja con papel vegetal, y colocamos las berenjenas. Cortamos las puntas de la cabeza de ajos. La cebolla la partimos por la mitad, les echamos un chorrete de aceite por encima y envolvemos en papel de aluminio. Una vez el horno esté caliente, colocamos la bandeja en la parte media y dejamos hacer unos 40 - 45 minutos.
Con una cuchara sacamos la carne a las berenjenas. Después la trituramos junto con la cebolla y el ajo (apretando sale muy bien). Salpimentamos, añadimos orégano, un poquito de comino, unas gotas de aceite y reservamos.
Pelamos los tomates, les quitamos la parte de las pepitas (podemos utilizarlo para otras cosas), lo cortamos en dados, salpimentamos, añadimos orégano, una pizca de comino, y unas gotas de aceite, mezclamos.
A continuación tostamos las rebanadas de pan para seguidamente formar las tostas. Añadimos el puré de berenjena, encima el tomate, después el queso cottage y por último las anchoas (cortadas en trozos pequeños y mezcladas con su aceite), espolvoreamos con un poco de perejil fresco picado y litas para disfrutarlas.
Cubrimos el fondo de una sartén con aceite, añadimos las verduras (troceadas), junto con las hierbas aromáticas que os gusten (orégano, tomillo, albahaca...), y cocinamos durante unos minutos. (sal no le pongo, el jamón ya la lleva).
Después añadimos el jamón, (cantidad al gusto), y también la mozzarella. Lo tapamos, dejamos unos minutos a fuego suave para que se funda el queso y listo.
Troceamos el pollo, lo colocamos en un bol, añadimos jengibre, ajo, salsa de soja, y huevo, mezclamos todo bien, lo tapamos con papel film y dejamos macerar 2 horas en la nevera.
Pasado ese tiempo lo pasamos a un escurridor, para después rebozarlo en maicena y freírlo en abundante aceite caliente. lo reservamos en papel absorbente.
Para la salsa de limón:
En un cazo ponemos el vaso de caldo, el zumo de limón (colado) y un poco de ralladura, una cucharada de salsa de soja, una cucharada de miel, una cucharada de azúcar, una cucharada de maicena, sal, dejamos que espese sin dejar de remover y listo.
Sofreímos el ajo y la cebolla (picados), con una pizca de sal. (si os gusta el picante podéis añadir también una cayena). Mientras tanto pelamos (o lavamos) el calabacín, lo cortamos en dados y lo añadimos a la sartén con otra pizca se sal.
Cuando esté todo bien pochado incorporamos el tomate, mezclamos y dejamos que se haga a fuego suave unos 20 minutos. Después probamos de sal, si fuese necesario por la acidez añadiríamos una cucharada de azúcar y alguna hierba aromática que os guste (orégano, perejil, comino, albahaca...).
Por último con el dorso de una cuchara hacemos unos huecos en la salsa (si está demasiado espesa la podemos aligerar con un poco de agua). Agregamos los huevos, (mejor cascarlos primero en una taza y después a la sartén). Seguidamente les ponemos una tapadera, y a fuego suave dejamos cuajar durante unos minutos, salpimentamos y listo.
Cubrimos el fondo de una sartén con aceite, sofreímos el ajo, la cebolla, el pimiento, la hoja de laurel y una pizca de sal. Pasado unos minutos incorporamos la butifarra (troceada) y dejamos que se haga un poco.
Después añadimos el pimentón, el comino, damos un par de vueltas e incorporamos el tomate rallado, dejamos reducir.
Mientras tanto abrimos los frascos de garbanzos, los ponemos en un escurridor, los pasamos por el grifo y después los añadimos a la sartén, mezclamos, cubrimos con agua o caldo, dejamos cocinar unos 25 - 30 minutos a fuego medio, probamos de sal y listos.